miércoles, 8 de agosto de 2018

Manifiesto de la III Bienal Latinoamericana y Caribeña de Infancias y Juventudes

Manifiesto elaborado como síntesis de la III Bienal Latinoamericana y Caribeña de Infancias y Juventudes"Desigualdades, Desafíos a las democracias, Memorias y Re-existencias" 
Manizales, Colombia -  Agosto 3 de 2018

Manifiesto General
El Comité Científico de esta III Bienal Latinoamericana y Caribeña de Infancias y Juventudes quiere reconocer y agradecer a todas y todos aquellos que han dispuesto su palabra y pensamiento con sus conferencias, ponencias, expresiones estéticas, lúdicas y artísticas; a los niños, niñas y jóvenes que dispusieron sus propias expresiones y apuestas; a los representantes de tantos y tantos colectivos, organizaciones, instituciones que de mil maneras han apoyado este encuentro, y en general a quienes con su pensar, su actuar, sus preguntas, sus insinuaciones, su presencia… han aportado en el desarrollo de este Encuentro y a quienes queremos dedicar este Manifiesto que reconoce que ésta ha sido una experiencia fundamental para la instalación de diálogos diversos, de propuestas de re-existencia que entretejen la academia con lo lúdico, lo estético, lo ético y, por supuesto, lo político.

• En este Manifiesto reiteramos el inagotable deseo de transformar un mundo en el que las vidas de niños, niñas y jóvenes se vean potenciadas desde la profundización de la democracia, desde las memorias y desde las Re-existencias. Por esta razón, por la importancia que ha constituido para todos y todas los que creímos en este proyecto, y por la necesidad de fortalecer lazos interinstitucionales, interdisciplinares pero ante todo, lazos de humanidad, lazos de solidaridad entre la investigación social, la lucha social y la construcción de políticas cada vez más públicas; es que hemos querido recoger la voz de quienes se han expresado de modo generoso y contundente en el marco de esta III Bienal, con sus voces alzadas, manifestándose. 

• Este manifiesto pone en consideración los contextos que durante la Bienal se han presentado, pero al mismo tiempo las polifonías, las pluralidades, las potencialidades para seguir re-existiendo. América Latina y el Caribe siguen siendo territorios signados por los temas que nos han convocado en esta III Bienal. Por una parte, las desigualdades que se han hecho explícitas en los escenarios propios de este encuentro… las democracias obscurecidas y lastimadas frente a las que tenemos el desafío de insistir… las memorias de los pueblos que hemos sido, estamos siendo y lanzamos en mirada de horizonte… y por la otra, la insistencia en las polifonías, las pluralidades y diversidades desde las cuales habitamos e interpelamos esas mismas desigualdades y ante las cuales nos enfrentamos y re-existimos…

• Estos desafíos hoy siguen presentes, actuales y tal vez más vivos que nunca por la persistencia de una guerra que como en Colombia, y después de un acuerdo de paz firmado, registra más de 300 líderes sociales asesinados, cerca de 18.000 personas desplazadas en el primer semestre de 2018; más de 17.000 casos registrados solo en los primeros 5 meses de este año de violencia contra las mujeres en Colombia… Estos desafíos siguen presentes igualmente en la persistencia de violaciones a los derechos humanos en otros países, como el evitar arbitrariamente la liberación de Lula en Brasil, o los atropellos a miles y miles de migrantes en las fronteras como el sufrido por 2.500 niños y niñas separados de sus familias en el caso de Estados Unidos; o las confrontaciones que afectan a la sociedad civil como en el caso de Nicaragua; entre muchos más casos a los que nos hemos aproximado en los diferentes escenarios de esta III Bienal.

• Frente a estas realidades y a pesar de ellas, en esta III Bienal se hicieron presentes emergencias y expresiones de re-existencia en las voces y acciones de niños, niñas y jóvenes que han demostrado su capacidad para producir nuevas realidades; para instalar formas alternativas de ser, aparecer y presentarse en nuestras sociedades que muchas veces son invisibilizadas y degradadas; para instituir formas otras de estar juntos que parten del reconocimiento de la diversidad, la noviolencia, la pluralidad, la renuncia radical a toda forma de patriarcado, la instalación de expresiones y dinámicas de creación desde el arte, demostrando que es posible seguir viviendo, pese a todo, seguir Re-Existiendo.

• En este Manifiesto de la Tercera Bienal, instamos entonces, a Formuladores y operadores de Políticas Públicas a reconocer a los niños, niñas y jóvenes como sujetos y protagonistas, capaces de participar en la decisión de los fines, realizaciones y recursos de aquellas políticas públicas que atañen a su vida, sin imposiciones ni hegemonías. Los invitamos a hacer un alto en el camino; detenernos y pensar, observar las formas diferentes de los lugares de enunciación y vida, las historias y memorias; una espera que invite al movimiento, no a la contemplación, para luchar mano a mano, exigiendo leyes que permitan cambiar la realidad, frenar las violencias institucionalizadas y naturalizadas; las niñas, niños y jóvenes claman por ser escuchados, por vivir, por permitirles soñar, por dejarles pensar en futuros posibles. Es fundamental incorporar un enfoque generacional, de género y étnico en el abordaje las niñeces y las juventudes; logrando instaurar políticas públicas para la igualdad que estén acompañadas de un enfoque diferencial, participativo y situado.

• Instamos a Educadores a que reconozcan que las pedagogías deben pensar otras educaciones que desmitifiquen las escuelas como los únicos espacios de la educación y que abran las puertas a la comunidad y constituyan espacios de re-existencia a través de la recuperación de la memoria, la lúdica, las poéticas, las emociones y que se pregunten por el tipo de saberes que se están configurando y su relación con los contextos, si reconocen a las comunidades como instancia de validación del conocimiento científico, sobre cómo se recupera el conocimiento popular, las voces de los niños, niñas y jóvenes para hacer visibles las riquezas de sus saberes y sus sentires. 

• Es necesario movilizar experiencias de educación popular en contextos de escuela pública, que se articulen a procesos territoriales, comunitarios y de contexto, orientados a la lectura, problematización y a la atención de problemas sociales desde una dimensión interdisciplinar, que permita a los estudiantes y profesores trabajar por sus propias comunidades, generar diálogos intergeneracionales, construcciones dialógicas de memoria histórica, de identidad y cuidado, que descentralicen los territorios y les permitan construir sus propias identidades, como plataforma de construcción política y estrategia social, pedagógica y académica para disminuir las brechas sociales, la inequidad y desigualdad en los territorios.

• Se requiere poner en marcha una praxis educativa revolucionaria que implica pensar en el papel social del maestro como un pedagogo social, que comprende las realidades sociales y la necesidad de formar en prácticas ciudadanas, democráticas y políticas, que reconoce la diversidad y atiende la diferencias y que genera procesos investigativos con y por las comunidades y los individuos.

• Instamos a académicos e investigadores a trabajar desde la investigación situada, crítica, desvictimizante y generativa con niños, niñas y jóvenes y sus agentes relacionales, como oportunidad para formar pensamiento crítico en nuestros territorios, fortalecer las subjetividades e identidades políticas y configurar comunidades de sentido compartido, que ayuden a correr los horizontes epistémicos y configurar narraciones y memorias sociales capaces de instalar otras formas de relación. En este sentido, es necesario seguir generando investigaciones de carácter inter y transdisciplinar, con componentes educativos y de acción en territorio que permitan articular la teoría y la práctica, y el conocimiento cotidiano con el saber científico.

• Los instamos a reconocer la diversidad y pluralidad de las niñeces y juventudes, el reconocimiento a su carácter pluriétnico, su género, sus maneras propias de habitar el mundo desde su devenir generacional, dejarnos sorprender por lo imprevisible de sus palabras y actos para leer en sus prácticas el clamor a veces congeladas por la institucionalidad… escuchar voces, bullicios, carcajadas, llantos, la historia a construir.

• Es necesario vincular la producción académica y de conocimientos con una práctica liberadora y transformadora de los contextos de profunda desigualdad que habitan las niñeces, particularmente, aquellas en sus primeros años, así como las juventudes. De allí nuestro conocimiento, de allí nuestras teorías, situadas en las voces, también en los silencios, en las circunstancias, en las experiencias de vida de los sujetos en el continente, en la tierra, en los territorios del cuerpo, de la calle, del campo, de la ciudad, de la vida cotidiana, de las subjetividades. De allí nuestras denuncias, de allí nuestras urgencias, además por la paz y por la vida, por seguir viviendo en los corajes de la verdad y la dignidad, sin mentiras y sin muerte, sin falsos positivos.

• Es imprescindible hacer visibles a las niñeces y juventudes rurales y poner sobre la mesa las graves amenazas que atraviesan los territorios y la agricultura familiar a raíz de la minería, el agronegocio tóxico, el corrimiento de las fronteras productivas y la distribución inequitativa de las tierras. Visibilizarlas a partir de su riqueza socio-histórica cultural ambiental económica productiva contemplando los procesos de auto-organización y la economía social y solidaria para que los pueblos accedan a condiciones de vida dignas derechos sobre las tierras y modelos sustentables de producción y que a partir de puedan decidir de manera autónoma y libre como y donde quieren desarrollar su proyecto de vida.


• Instamos a los colectivos y organizaciones de niños, niñas y jóvenes de América Latina y el Caribe a reconocer y explicitar como en las múltiples iniciativas en las que participan, se encarnan y reivindican causas ancladas en sus experiencias y territorios, en el marco de diálogos interculturales e intergeneracionales que se expresan en saberes y prácticas, dejando de ser audiencias, y legitimando su ser agentes sociales con perspectivas y narrativas particulares, críticas, movilizadoras y generativas a partir de las cuales desafían constantemente las miradas y lógicas deficitarias, asistencialistas y adulto-céntricas desde las cuales son definidos. 

• Los niños, niñas y jóvenes de esta Bienal, nos continúan enseñando que existen múltiples formas de ser niña, niño y joven; que buscan un lugar para pensarse y lo hacen de manera creativa, pacífica y en resistencia; que son prueba de la RE-EXISTENCIA, esa que se construye día a día, colectivamente, de manera permanente. Nos muestran que están en pie, resisten, viven y eso lo hacen con la confianza de que sus palabras, su arte, sus ideas están siendo escuchadas; disputan lugares, no para sobrevivir, para VIVIR.

• Es con ellos, desde ellos y para ellos y ellas que debemos trabajar, reconociendo sus capacidades y potencias; pero también compartiendo limitaciones, riesgos, falencias y opacidades que posibiliten promover las experiencias de vida que construyen a diario, identificando desafíos y nuevos caminos por recorrer. Desde los territorios es fundamental tender puentes y la construcción de sólidos diálogos intergeneracionales y tener en cuenta las voces y las necesidades que los propios niños, niñas y jóvenes manifiestan.

• Los colectivos de niños, niñas y jóvenes, muchos de los cuales participaron activamente de esta Bienal, deben protagonizar tanto los procesos de producción de conocimientos y reconocimiento de saberes, como de diseño, implementación y evaluación de políticas públicas. Sabemos que solo con ello no alcanza, pero sin ellas y ellos las tareas que nos proponemos no son posibles.

• De nuevo, al manifestarnos, insistimos en que en definitiva es necesario apelar a la construcción de un documento en donde se haga público un propósito en común. De esta forma, asumimos que una declaración de este perfil tiene que vincular no sólo valoraciones hechas en función de una temática específica, para este caso, la temática de cada mesa, de cada foro, de cada panel; sino una apuesta política, ética e intelectual que reúna el interés fundamental del diseño de propuestas para intervenir en la mejora de los mundos de niños, niñas (desde sus primeros años) y jóvenes, de nuestra América Latina y nuestro Caribe.

• Es por esto que en las nuevas palabras que empiezan a ocuparnos como las niñeces, las re-existencias, las polífonías, las terrirorializaciones… será posible seguir soñando, juntándonos y actuando colectivamente, y qué mejor que hacerlo entre pares, entre iguales, pero diferentes en lo que somos, pensamos y hacemos desde las particularidades propias de nuestros contextos, instituciones y desde nuestros propios desafíos que se hacen los desafíos de todos y todas. Y qué mejor que hacerlo desde los afectos, desde el reconocimiento, desde el respeto pleno por esas diferencias en las que el lugar de alejarnos nos encontramos para seguir debatiendo las ideas que nos permiten seguir juntos, soñando con nuestra América Latina y nuestro Caribe.

A MANERA DE CIERRE: Sea esta la oportunidad para instalar un deseo y una aspiración, que solo se harán realidad si somos capaces de producir las mediaciones políticas que singularicen las realidades, necesidades y prioridades de los países y los territorios como bandera y como símbolo.

Historias otras, lugares de enunciación otros, claves de lectura otras; desafíos otros para las Ciencias Sociales en el Continente. En nuestra tierra y en diversos territorios claman las voces de los sujetos muchos, de los actores sociales, de los movimientos sociales, que nos exigen la escucha, que nos exigen no resignar la lucha, dignidad plena de la existencia. No son los paradigmas del debate conceptual hegemónico, no son las hipótesis metodológicas de una ciencia social convencional lo que importa, cuando en campos y ciudades, en nuestros cuerpos mismos, en nuestras calles, se alzan voces de resistencia que luchan con esperanza contra la opresión, contra la soledad y la orfandad, contra la muerte y celebran la apuesta de vivir juntos, de estar juntos.

Para declarar, en fin, que la historia nuestra es utopía, que la historia nuestra es deseo de vivir, que la historia nuestra es lucha, inconformidad y enigma, que es nuestra condición humana en vilo la que nos enaltece y reivindica, siempre en el camino de la mano de otras, de otros, nunca solos.

A estas construcciones las y los invitamos, a seguir tejiendo redes, articulando voluntades y potenciando capacidades para trabajar juntos en pos de una vida digna de los niños, las niñas y los jóvenes de nuestra América Latina, el Caribe y el mundo que habitamos. Continuar trabajando juntos, apostando a nuestros sueños y anhelos, pero también siendo capaces de indignarnos y actuar ante las injusticias que se multiplican.

Nos seguiremos enredando en los espacios que compartimos y en los que crearemos a partir de las experiencias vividas estos días. Y claro que las y los invitamos a reencontrarnos y seguir trabajando y soñando juntos en la IV Bienal, para la que esta ciudad volverá a abrir sus puertas en 2020!

Mil gracias!